32 Eduardo Ganado

Jordi Boldó

De Cuerpo Presente

Edgardo Ganado Kim


El prejuicio que se ha cernido en torno a la pintura no figurativa, desde hace ya varias décadas como una opción plástica aceptable y legítima es hoy en día un lastre para su comprensión por gran parte de la mayoría del público, sea o no profano de los fenómenos artísticos. La añeja discusión de que debe representar el arte en sus imágenes es, en nuestros tiempos posmodernos, un fantasma ya olvidado para quienes se dedican a pensar en la invención de obras. El que no se pueda identificar una figura o una imagen en Ia pintura con la realidad cotidiana no cancela su valor como un objeto de arte; simplemente la hace diferente a las representaciones que solemos identificar con el arte y que casi siempre pretenden imitar a la naturaleza, en este caso lo que muchas veces vaIoramos no es su “artisticidad”, sino su grado de mimesis con lo que cotidianamente solemos ver y relacionar con la realidad. La pintura "abstracta" o no figurativa no pretende copiar, ni representar la esencia de los objetos o seres que pretendemos identificar en ellas, muy al contrario, Ios artistas que realizan estas obras están consientes de que su obra se aleja de Ia anécdota y Ia narración, es de una manera explícita, la creación temperamental de formas, colores y texturas en una combinación armónica que pretende recuperar para nuestra contemplación lo que no vemos o percibimos en nuestro mundo de imágenes diarias, es intuición para representar lo anhelado, es a fin de cuentas una recuperación de la capacidad creativa del hombre para demostrar comunicar lo que solo se puede a través de la imaginación, los trazos y la pintura sobre un lienzo en blanco.

En esta línea y con estas inquietudes Jordi Boldó incursiona consu obra en este rublo de la plástica del siglo XX, insertado en una generación que ha recuperado la figura como piedra de toque para su discurso, por otro camino Boldó explora en el color y la mancha las posibilidades de un lirismo pictórico, trabaja en continua búsqueda para una eficaz expresión por medio de su pintura, no le interesa la instalación o el arte objeto, su compromiso es con quienes contemplamos su pintura y dialogamos con ella; la sentimos.

En la exposición De cuerpo presente, Boldó nos muestra una inquietud por representar una idea, no una imagen reconocible en la realidad concreta, el cuerpo como un concepto; como una persuación de lo ausente cotidiano. Sus cuerpos son manchas de color distribuidos por todo el lienzo de una manera libre; grandes superficies de un color con ricos matices, pinceladas anchas, pintura chorreada que el azar ayuda en la distribución sobre el lienzo y algunas superficies ya trabajadas ¿accidentes dirigidos?, No. Intuición, por la sorpresa, por la impronta de la incertidumbre. En pocas ocasiones incorpora a sus obras algunos objetos que le parecen necesarios en la obra, estos objetos casi siempre son desperdicios que recupera del taller en donde trabaja y para éI son como pequeños trozos del proceso creativo, partículas del rescate de su trabajo como artesano.

Las estructuras de los lienzos, —siempre existe en su trabajo un afán por la buena distribución de las imágenes en la tela— se orquestan por medio de figuras, por decirlo de alguna manera, geométricas; triángulos, cuadrados, círculos, rectángulos, etc., y su combinación, de ahí deriva toda una adecuación de la estructura, el color, y la riqueza de textura que utiliza en todas sus obras.

En la pintura de Jordi Boldó el primero en reconocerse es él mismo, su objetivo es que le reconozcamos a través de sus proposiciones; es decir, a través de su creación plástica.